jueves, 3 de septiembre de 2009

Città eterna

Todos los días cojo el mismo autobús para llegar a la Universidad de La Sapienza, en la que mañana comenzaré el curso intensivo de italiano. Es el número 3, que parte del Trastevere, cruza el río Tíber, pasa junto a la Pirámide Cestia y el Circo Massimo, rodea el Colosseo, atraviesa la muralla y cruza fugaz frente a otros muchos monumentos cuyo nombre aún no conozco. Sólo un autobús, no digo más.
Roma es increíble, pero hace un calor tremendo. Además, los sitios públicos no suelen estar bien acondicionados. En ese aspecto, equivoqué el destino totalmente; pero, confío en que de cara al invierno la cosa mejorará bastante.
Es una ciudad destartalada, que convive con los restos de una antigua civilización. Es renacentista, se la ve en los fondos de perspectiva, en las fachadas de las casas, en las callejuelas enrevesadas. Es como si en los huecos que dejó la Roma Antigua hubiese crecido otra ciudad. Lo que más me sorprende, que a pesar del calor y de lo abigarrado de las casas, tiene interminables avenidas arboladas. Eso evidencia la potencia de la ciudad, sin duda.
Por mi parte, empiezo a poner los pies en el suelo. Me ubico, me quejo del calor, digo ciao y pido Acqua naturale, fredda per favore; pregunto a los italianos de a pie que resultan ser amabilísimos, y me muero de ganas por aprender un italiano fluido que me permita dejar a un lado los asentimientos de cabeza frustrante y el no saber qué contestar. Suerte que el inglés me acompaña.
Y lo dejo aquí. Porque de momento no me nace añadir ningún comentario más y porque aún no soy del todo persona en esta ciudad. Roma y yo aún nos debemos acoplar, conocer un poco, dejar que la una entre en el corazón de la otra; y, sobre todo, olvidarme un ratito del color gris, que no me deja pensar con claridad…
Baci.
Stories happen only to those who are able to tell them…

2 comentarios:

  1. Me gusta que cuentes cómo te sientes... Supongo que es normal q aún no t encuentres, hace muy poquito q llegaste. Estoy convencidísima de que dentro de poco el color gris ya no nublará tanto tu mente. Un beso rinci!

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  2. te montas en el autobús y es como si hubieras comprado la entrada de un museo.
    me encanta! :D

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