Llaman a esta zona de los Países Bajos la Venecia holandesa. Siempre hacen lo mismo cuando ven una ciudad surcada por canales. Pero aquí no es igual; por lo menos el Delft. La mayoría de los puentes sobre los canales son en rampa. Me gusta la sensación de subirlos con la bicicleta. Conforme llegas arriba te empieza a faltar el aire. Llega un momento en que estás sobre llano. Uf, ya has llegado. No bajes los pies de los pedales. Sólo queda dejarse caer.
Bueno, supongo que, como yo he sido la primera en irme, me toca a mí empezar. Pues nada, ya estoy en Delft. Llevo tres días aquí y el susto no es tanto como esperaba. Contribuye bastante que mis familia haya venido para estos primeros días conmigo, hace que parezca cualquier otro verano. El salto al vacío ya vendrá la semana que viene.
Hasta ahora, Delft me encanta. No he tenido mucho tiempo de verlo todo de arriba a abajo. Con centrarme y saber dónde está lo básico basta de momento. Hasta que me den las llaves de la que será mi habitación vivo en un camping a un cuarto de hora del centro, con vacas, liebres, patos y cisnes de vecinos. Y alguna que otra arañita de compañera de habitación. La ciudad rebosa verde por todos lados. La cruzan varios canales. Por lo que he visto hasta hoy, más parece un pueblo que una ciudad: chiquitín y con la arquitectura típica de la zona.
Me he estado pasando también por la universidad, para hacerme una idea de dónde está todo y cuándo tengo que ir apareciendo oficialmente por allí. La escuela es enorme y está recién reformada. Me encanta de ella que le sobra lo que más le falta a la de Valencia: personalidad. Cada rincón y cada pasillo tienen un espacio en el que da gusto perder 15 minutos y sentarse a tomar un café. Espero que una vez empiecen las clases la buena impresión inicial prevalezca.
Y hoy he estado en Amsterdam por primera vez. No he visto mucho, más bien me ha servido para engrosar la lista de cosas que quiero ver más adelante. Habrá tiempo. El único inconveniente: he tardado dos horas y media en ir y otro tanto en volver. El servicio neerlandés de ferrocarril no funciona tan bién como esperaba. Pero ya es mala suerte que el primer día que lo cojo se haya tirado un hombre a las vías a primera hora de la mañana y lo haya trastocado todo.
Planes a corto plazo: comprarme una bicicleta (si no, no eres holandés/a de verdad), mudarme a mi nido de erasmus y a empezar la marcha. Comienza la aventura.
Bueno, supongo que, como yo he sido la primera en irme, me toca a mí empezar. Pues nada, ya estoy en Delft. Llevo tres días aquí y el susto no es tanto como esperaba. Contribuye bastante que mis familia haya venido para estos primeros días conmigo, hace que parezca cualquier otro verano. El salto al vacío ya vendrá la semana que viene.
Hasta ahora, Delft me encanta. No he tenido mucho tiempo de verlo todo de arriba a abajo. Con centrarme y saber dónde está lo básico basta de momento. Hasta que me den las llaves de la que será mi habitación vivo en un camping a un cuarto de hora del centro, con vacas, liebres, patos y cisnes de vecinos. Y alguna que otra arañita de compañera de habitación. La ciudad rebosa verde por todos lados. La cruzan varios canales. Por lo que he visto hasta hoy, más parece un pueblo que una ciudad: chiquitín y con la arquitectura típica de la zona.
Me he estado pasando también por la universidad, para hacerme una idea de dónde está todo y cuándo tengo que ir apareciendo oficialmente por allí. La escuela es enorme y está recién reformada. Me encanta de ella que le sobra lo que más le falta a la de Valencia: personalidad. Cada rincón y cada pasillo tienen un espacio en el que da gusto perder 15 minutos y sentarse a tomar un café. Espero que una vez empiecen las clases la buena impresión inicial prevalezca.
Y hoy he estado en Amsterdam por primera vez. No he visto mucho, más bien me ha servido para engrosar la lista de cosas que quiero ver más adelante. Habrá tiempo. El único inconveniente: he tardado dos horas y media en ir y otro tanto en volver. El servicio neerlandés de ferrocarril no funciona tan bién como esperaba. Pero ya es mala suerte que el primer día que lo cojo se haya tirado un hombre a las vías a primera hora de la mañana y lo haya trastocado todo.
Planes a corto plazo: comprarme una bicicleta (si no, no eres holandés/a de verdad), mudarme a mi nido de erasmus y a empezar la marcha. Comienza la aventura.
P.D.: Me vino a la mente que la idea de poner un link a la primera canción que escuchara en la radio holandesa. Va y era una cumbia, en castellano. Mejor esta: http://www.youtube.com/watch?v=q-wGMlSuX_c
que alegría! :) conozco la sensación esa de los puentes cuando los subes en bici...quizás sea por mi falta de forma física. jajajaja!!
ResponderEliminarque vaya todo bien criscrisxiiii! espero visitarte mucho mucho muchito! :D
por cierto, no sé si lo sabes, pero por esas zonas dicen que nos tienen a los españoles por supersalseros de la muerte...[caquita]
So happy you get such a first impression... This' gonna be THE great adventure, you can count on it!
ResponderEliminarLuvya so much!!
Cris!!! Q bien, q suerte!! No sabes la envidia que me das en estos momentos (aunque se q dp me entrará el miedete ^^).
ResponderEliminarMereces lo mejor písisma!!